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La relación de las personas con el dinero no suele ser buena porque de pequeños aprendimos que es un tema del que no hay que hablar, vamos un tabú, o algo peor: la fuente de todos los males. De modo que lo que hicimos fue… ¡ignorarlo! Pero ya adultos, el dinero se hizo presente en casi cada acto de la vida y ahora no sabemos nada de cómo: ganarlo, gastarlo, ahorrarlo, invertirlo… Somos “analfabetos financieros” y ahí empiezan los problemas. Cometemos errores de bulto, elementales, debido a esa mala educación y reforzamos creencias sobre el dinero que, además de no ser verdad, arruinan a las personas. ¿Y si con tener claros ciertos conceptos, nos evitáramos problemas económicos y pudiéramos prosperar financieramente? Veamos cómo…
“DINERO, VAMOS A LLEVARNOS BIEN”
«Dinero: un buen siervo, pero un mal amo” Alejandro Dumas
Todos mantenemos una “relación” con el dinero (tengamos el que tengamos). A unas personas “les cae mal” el dinero, a otras “les cae bien”. Eso no impide que todas lo quieran, o lo necesiten, lo cual es una gran verdad. Hablo de la relación, de cómo se siente una persona cuando piensa o habla del dinero. Y concluyo que es una relación “de amor-odio”: todo el mundo lo quiere (sí, todo el mundo) pero la mayoría está enfadada porque no tiene el suficiente.
Creo que llevarse bien con el dinero es importante, de hecho creo que es bueno llevarse bien con todo y todos. ¿Por qué? Porque cuando una persona se enemista con alguien, o simplemente está enfadada, la otra persona le rehuye. Con el dinero ocurre igual. Si una persona declara: “El dinero no es importante para mí” ¿Qué ocurrirá en su cuenta bancaria? Exacto: números rojos.
Cuando las personas hablan mal del dinero, o se sienten mal cuando piensan en él, o critican a quienes lo tienen, se están negando la posibilidad de tenerlo algún día. Es sencillo de entender, el insconsciente toma nota y establece una “protección” de lo que se le presenta como “un problema” y en consecuencia lo rechaza inconscientemente. Y la persona empobrece poco a poco.
Tal vez es hora de hacer las paces con el dinero, de llevarnos bien por la cuenta que nos trae. No lo escribo esto para alimentar la codicia o la avaricia, sino para resolver un problema muy frecuente. El dinero tiene su importancia, claro que sí. No es lo más importante, pero es vital para sacar adelante a una familia, por ejemplo. Y resulta que no hemos dedicado tiempo para aprender cómo funciona y cuáles son sus reglas. (Si el dinero no es importante, entonces ¿por qué no se habla de otra cosa en la tv, radio y prensa?).
LAS CREENCIAS QUE ARRUINAN A LAS PERSONAS«Si no arriesgas tus creencias, lo arriesgas todo” Geena Davis
El dinero empieza a hacerse en la mente, en las creencias, y de ahí se refleja en los comportamientos, y a través de éstos, se materializa en el saldo de la cuenta del banco. Cada euro que tenemos en el billetero nace de una creencia, de un paradigma, de una emoción, de un hábito, de un conocimiento, de un talento o habilidad… Es la “cadena invisible del dinero” que convierte lo que sabemos del dinero en el dinero que tenemos.
Examinemos algunas de las peores creencias que he encontrado y que perjudican la economía de las personas.
• El dinero es fuente de problemas (es sucio)
• El dinero te estropea, te hace mala persona y egoísta
• No se gana dinero haciendo lo que te gusta
• El dinero no te hace feliz
• Para que alguien gane dinero, otro ha de perderlo
• No es posible tener dinero y ser espiritual, o buena persona
• Hay muy poco dinero o no hay dinero
• Todos los ricos son malas personas (o roban)
No hay suficiente espacio aquí para aclarar estos malos entendidos, o prejuicios sobre el dinero, pero animo a cualquiera a reflexionar sobre estas pésimas recetas financieras. Es obvio que estando de acuerdo con todo, o con algo, de lo mencionado arriba, uno se siente molesto o enfadado con el dinero. Y cuando uno se enfada con él, como el dinero tiene amor propio, ya sabemos que ocurrirá. Sí, ¡se irá a otro lado!
LAS CREENCIAS DE LAS PERSONAS QUE PROSPERAN«Pensar es el trabajo más importante que existe” Henry Ford
El éxito financiero es una ciencia, aunque no exacta, que puede aprenderse por todos porque deja pistas y tiene referentes. Si algo está estudiado es el éxito financiero. Y sigue unas reglas que están escritas en infinidad de libros. Tal vez, algún día, exista una asignatura sobre este tema en la escuela, una actividad extra escolar al menos. Imagino una formación elemental que enseñe a emprender y vincule valores y dinero, algo de lo que hablaré al final del artículo.
También encontré creencias que benefician la prosperidad de las personas (tuve que buscar más por ser menos frecuentes):
• Donde está tu pasión está tu fortuna
• Hay dinero de sobras para todas las personas del planeta
• La economía mejora cuando la persona mejora
• Reaprender es la mejor inversión en uno mismo
• El mayor activo financiero es la habilidad para crear ingresos
• La llave a la libertad financiera es un negocio propio
• El dinero te da libertad, la felicidad te la das tú
No puedo explicar cada uno de esos paradigmas en este espacio. Para resumirlo diré que las dos listas de creencias conducen a las personas a unos resultados muy diferentes. En un caso se cambia tiempo por dinero; en el otro, conocimiento por dinero. Como uno es limitado y el otro ilimitado, los resultados son muy diferentes.
INTELIGENCIA FINANCIERA«Nunca he dejado que la escuela interfiriera en mi educación” Mark Twain
En la formación reglada te animan a trabajar pero no a ganar dinero, en las facultades te enseñan una profesión pero no a vivir de ella… para cubrir ese detalle tan importante hay que buscarse la vida fuera del circuito convencional. Mi propuesta es que las personas se formen mínimamente, el ABC de las finanzas personales, marketing y ventas, emprendeduría, y que aprendan la diferencia entre: gasto e inversión, deuda buena y mala, ingresos residuales y ganados, flujo de caja y plusvalía, activo y pasivo, autoempleo y negocio…
La “inteligencia financiera” es un subproducto de la educación financiera: a más educación, más inteligencia. Para desarrollar esa inteligencia (percibir diferencias sutiles) es indispensable formase y entender conceptos económicos básicos. Leer libros de gestión del dinero ayuda. Porque en la escuela no nos enseñaron nada sobre el dinero. Como dije, es un tema ignorado, un tabú. En casa tampoco aprendimos gran cosa, salvo que era escaso y el motivo por el que papá y mamá no estaban nunca en casa a una hora decente. Mientras, al cuidado de los abuelos, que por cierto tampoco iban sobrados de dinero, empezamos a intuir que el dinero es un mal asunto.
EL VOCABULARIO DE LA RIQUEZA
«Las palabras sirven para describir la realidad y ahora sabemos que también para transformarla. ¿Cómo? Si alguien quiere cambiar sus experiencias, ha de cambiar las palabras que usa. Somos nuestras palabras, lo que decimos (y por tanto creemos). Nuestro vocabulario nos define, nos retrata.
He comprobado que las personas felices y las prósperas hablan un dialecto propio; y las que no lo son, también tienen su propio dialecto.
Las palabras son herramientas que pueden hacernos ricos o pobres: son una palanca para ambas cosas. Siempre digo que las palabras son gratuitas, pero pueden costarnos dinero.
Palabras pobres, resultados pobres. Palabras prósperas, resultados prósperos. La pobreza tiene un vocabulario y la riqueza otro.
Por ejemplo, hay palabras muy pobres como: fácil, difícil, suerte, imposible, fracaso, intentar, miedo, crisis, subvención, problema… Y palabras muy prósperas como: misión, compromiso, servir, confianza, crear, pasión, talento, oportunidades, aprender, idea, solución…
Por las palabras que usa una persona, y sus expresiones más habituales, puedo imaginar sus creencias. Una de las razones por las que las personas no salen de sus dificultades económicas es porque utilizan un vocabulario deslucido.»
“El Código del dinero”, Raimon Samsó
CONCIENCIA Y DINERO
«La prosperidad y las buenas obras van juntas” Harry Palmer
Pienso que los problemas financieros son fruto del divorcio entre valores y dinero. A menudo oigo hablar de: “estudios con salida”, “negocios rentables”, “trabajos seguros”… pero, ¿dónde está el corazón? ¿y la vocación? ¿qué ha pasado con la pasión? Nos hemos olvidado de vivir por un sueño, de ingresar en la economía de la ayuda a otros, de la emprendeduría social… son conceptos útiles y además son ¡rentables! He comprobado que cuando alguien se centra sólo en ganar dinero, gana muy poco dinero; y al revés, cuando alguien se dedica a hacer el bien, y lo hace bien, desde lo que ama y le apasiona, le va muy bien con el dinero.
Trabajar sólo por dinero es ruinoso. No deja de sorprenderme que el 80% de la población trabaje en trabajos que no ama, incluso en algunos casos que detesta. Me temo que justificarlo con: “necesito el dinero” no es suficiente. No al menos, en el largo plazo en el que las personas deberían situarse en trabajos que amen y les apasionen. Es la única receta para la realización y la prosperidad que conozco.
De existir, en la Escuela de Dinero podríamos aprender a ganar dinero desde los valores y a gastarlo desde la consciencia, a valorar más la vida y las personas que las cosas, honrando los valores.
PARA APRENDER MÁS DEL TEMA
Libros: “Los secretos de la mente millonaria” de Erv Eker (Ediciones Sirio), “El Código del Dinero” de Raimon Samsó (Ediciones Obelisco), “Padre rico, padre pobre” de Robert Kiyosaki.
Películas: Loca por las compras (Confessions of a Shopaholic), 2008, de P.J. Hogan. Millones (Millions), 2004, de Dany Boyle.
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