Tu itinerario acaba de comenzar y, de entrada, te avanzo que los beneficios del aprendizaje del Eneagrama son interminables.
Cuando iniciamos el proceso de autoconocimiento y nos identificamos con uno de los personajes del círculo, iniciamos un proceso de transformación tan intenso y profundo que realmente nos engancha. Rápidamente sentimos la tendencia de adivinar el eneatipo de otras personas y, sin darnos cuenta, aprendemos más cosas de nosotros mismos y de nuestras relaciones.
El Eneagrama es ideal para la comunicación, para solucionar problemas de pareja y desbloquear situaciones conflictivas.
Por supuesto, el cambio que genera en quien lo estudia provoca también cambios en su entorno, en sus relaciones personales y potencia el desarrollo espiritual.
Hace más de diez años, conocí a través de la terapia Gestalt, un sistema de clasificación de la personalidad del ser humano que me sorprendió por su peculiar enfoque sobre los “defectos” y “virtudes” de las personas. Nunca había oído hablar de él y, rápidamente, me llamó la atención. Me pareció muy interesante la descripción que Claudio Naranjo hacía del comportamiento neurótico de los individuos en su libro Carácter y Neurosis, su análisis psicológico profundo de cada una de las clasificaciones me impactó de tal modo que me aficioné por completo y seguí indagando en esta clasificación tan especial que es el Eneagrama.
Desde hace tiempo me dedico a impartir pequeños seminarios y charlas sobre el Eneagrama con el objetivo de darlo a conocer y para hacer llegar sus beneficios al mayor número de personas posible.
El Eneagrama se trata de un modelo eficaz para tomar conciencia de nuestra personalidad y de los condicionantes y limitaciones que nos confiere en la vida diaria.
El modelo en cuestión describe nueve tipos de personalidad y las cualidades de las que está dotado cada uno de estos tipos. Aparecen en el modelo del Eneagrama, tanto las cualidades que se han desarrollado en la persona, como las cualidades que estén latentes en ella (o dormidas) y la forma en la que pueden despertar y potenciarse para que su vida cobre sentido.
Podríamos decir que el Eneagrama revela las sombras y las luces del carácter o de la personalidad del ser humano y ayuda a que se puedan recuperar los recursos personales olvidados, ocultos o reprimidos para que la persona sea quien dirija su propia vida, sin limitaciones, sin condicionamientos.
La palabra Eneagrama proviene del griego: “enea” (εννέα) que significa “nueve” y “grammí” (Γραμμή) que quiere decir “línea”.
Es, por lo tanto, un diagrama de nueve puntos conectados entre sí mediante líneas. Cada uno de los puntos representa un tipo de personalidad concreto que, explicado muy someramente, tiene cosas en común con las personalidades del otro extremo de la línea, objeto que veremos cuando explique el significado de las flechas en el apartado de las Líneas de integración y desintegración (pag.24). Por poner un ejemplo, ejemplo, la personalidad tipo 1 tiene características propias (que corresponden a la clasificación del lugar que ocupa en el dibujo (Eneatipo 1) aunque tiene también rasgos en común con el 9, el 2, el 7 y el 4 con los que está enlazado mediante las flechas y también con los eneatipos contiguos (alas). Todo, como digo, lo explicaré más adelante.
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